Observa las imágenes y elige la pijama o la ropa que más se acerca a la que usas para dormir y mira los resultados.
1. La mujer ética.
Mujer idealista de sólidos principios, personas que se basan mucho en sus valores personales como motor de vida y con un fuerte sentido del bien y del mal .En su versión menos sana pueden caer en una rigidez de estos valores y adoptar una visión extremista (perfeccionismos, dogmatismos, moralismo, etc) de la vida. Si consiguen flexibilizar estos valores y su visión del mundo (y de ellos mismos) aprenden a ser más naturales, felices, éticas y sabias.
2. La ayudadora.
Personas orientadas a los demás cuyo motor de vida es dar, escuchar, regalar, apoyar, alentar… El problema de estas personas es que pueden llegar a confundir prioridades vitales y poner a los demás por delante de ellas (con todas las consecuencias negativas que esto pueda tener). Paradójicamente en cuanto aprenden a pensar más en si mismos se vuelve más altruistas, comprensivos y equilibrados.
3. La triunfadora.
Personas orientadas al éxito, adaptables y constantemente motivadas para conseguir sus metas. El problema que pueden tener es que se queden en ese halo de éxito y se preocupen demasiado de su imagen sin tener en cuenta otros aspectos de su vida ni profundizar en si mismos. Paradójicamente cuando están dispuestas a perder y a mostrar su cara más vulnerable aprenden a triunfar de verdad en sus vidas, son más auténticas, se aceptan e inspiran a otras personas.
4. La artista.
Personas orientadas a si mismas, que buscan sentirse especiales y diferentes de los demás. Son muy introspectivas, sensibles y emocionales. El problemas es que muchas veces pueden ahogarse en si mismas, volviéndose inseguras, susceptibles, aislándose de los demás y creando mucha ansiedad. Si aprenden a ser “normales”, a sentir “normal”, a mirar su lugar en el mundo con “normalidad” son capaces de inspirarse, de ganar identidad y ser más creativos, capaces de renovarse y transformar sus experiencias.
5. La experta.
Del tipo cerebral, curiosa y vehemente. Le apasiona aprender y sentirse un experta. El problema que pueden llegar a tener es que se refugien en el cerebro dejando de lado otras áreas importantes de sus vida, pueden volverse obsesivas, excéntricas y aislarse de los demás. Si aprenden a estar en contacto con sus emociones, instintos y su cuerpo como un todo su capacidad de innovación, su curiosidad y su visión de la vida se equilibra y mejora.
6. La leal.
Dell tipo comprometida, orientada a la seguridad. Necesitan redes de seguridad para sentirse seguras, ser leales a personas, relaciones, ideas o estructuras. Este hecho les puede volver muy indecisas, evasivas, inseguras y contradictorias. Paradójicamente en cuanto aprenden a ser más independientes y autónomas crean redes más fuertes, gana en seguridad y se vuelven personas mucho más estables.
7. La entusiasta.
Del tipo activa, optimista y vitalista. Son personas muy orientadas al disfrute, el problema es que muchas veces cuando se sienten estresadas o tienen un problema se evaden demasiado, se vuelven impulsivas y no saben parar. Si aprenden a parar y profundizar con serenidad en su interior se vuelven personas muy equilibradas, dignas, capacitadas y sobre todo son capaces de conseguir una felicidad mucho más plena.
8. La conciliadora.
Orientadas a la tranquilidad y a la paz mental son personas comprensivas, diplomáticas y pacificadoras. El problema es que muchas veces existen situaciones estresantes que no son capaces de afrontar de manera efectiva, desconectanda, evadiéndose o cediendo con tal de conservar su tranquilidad. En cuanto aprenden a ponerse retos, a ser conscientes de los estresores de su vida y de la importancia del conflicto como parte del crecimiento se vuelven más profundas y mejores mediadores.
9. La rebelde.
Personas protectoras y muy asertivas. De todo el eneagrama es el que más disfruta del liderazgo, este estilo excesivo e intimidante puede llevarle a problemas de aislamiento con los demás al no poder conectar, además pueden caer en la agresividad y el autoritarismo cuando las cosas no son como ellas quieren. Si aprenden a ser más vulnerables y a dejar a los demás que sean independientes se vuelven más magnánimos y mejores líderes.
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